Usan títeres de sombra, son muy interesantes y atractivos a la vista.
Además hay un trío de son huasteco que toca y una bailadora que acompaña con el zapateado en una tarima.
Los títeres son manejados por dos personas.
Casi toda la obra es cantada al estilo de un son y con músicas de sones tradicionales.
La historia habla sobre migración mexicana pues trata de un violinista que tiene oportunidad de ir a tocar al otro lado, pero no tiene instrumento, así que se lo roba a un difunto, quien a su vez no logra la entrada al cielo por no llevarlo, así que el diablo se propone ayudarle.
Hay muchos momentos divertidos, pero en general la historia no es fácil de comprender para los niños, quienes constantemente preguntaban qué esetaba pasando, hay muchas alusiones políticas así como groserías dichas o insinuadas.
Ninguno de los titiriteros proyecta la voz, por lo que suena forzada y tampoco articulan bien, causando menor comprensión.
La bailadora lo hace muy bien, coordinado su zapateado con la acción y los músicos también, aunque se oye poco cuando llegan a cantar.
Resalta la hermosa interpretación del violín.
Sólo logré captar un corto video.
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