Mónica de Famila Libre escribió un artículo que se llama Disciplina: Tiempo fuera, donde explica porque no funciona, yo no estoy de acuerdo y ésta es mi respuesta editada y aumentada:
Hola, no estoy de acuerdo con la afirmación de que el tiempo fuera no funciona.
Yo pienso que si y lo recomiendo, pero siempre en combinación con otras cosas que pueden considerarse como tiempo dentro.Yo suelo estar cerca, conectarme, jugar, y procuro comprender los sentimientos de mi hijo alentándolo a compartirlos conmigo.
Cuando llega a ponerse muy agresivo o rompe las reglas de seguridad obtiene un tiempo fuera, pero el tiempo fuera no es una técnica ahí aislada.
Primero, es importante tener claras las reglas, tanto de seguridad como de convivencia, luego dar siempre una advertencia antes del tiempo fuera, yo no creo que mi hijo reflexione mientras está en el tiempo fuera, pero éste nos permite hacer un alto cuando las cosas es están poninedo mal y evita que yo me enoje. Cuando es tiempo de salir (luego de un minuto por año de edad del niño) voy por él y lo abrazo (SIEMPRE) le explico las razones y hablamos de lo sucedido todo el tiempo que sea necesario.
Nunca lo mando a su habitación, o a otro lugar donde haya distracciones y yo no lo pueda ver, siempre se sienta en una silla o se queda parado en un sitio (si estamos en la calle, por ejemplo), nunca lo pongo viendo a la pared, no lo amenazo, no lo ignoro, pero no dialogo. La mayoría de las veces está calmado durante ese tiempo, pero igual no le gusta.
Lo empecé a usar cuando tenía 2 años y ha resultado de maravilla, quizá la primera semana lo usé unas tres veces, mientras aclárabamos el concepto y ahora lo uso quizá una vez al mes o menos, porque si algo se pone mal le puedo decir, no me gusta cómo estás hablando, o es necesario que ahora hagas tal o cual, y si ésto es ignorado puedo decirle ¿necesitas un tiempo fuera?, y él decide.
Yo no le doy tiempos fuera si está llorando porque se cayó o porque se le perdió algo, éstas son los motivos que pueden llevar a un tiempo fuera.
Pone en riesgo su seguridad
Pone en riesgo la seguridad de otros.
Es irrespetuoso con los demás (puede ser conmigo).
No hizo caso a una indicación.
Todas después pedírselo 2 o 3 veces y advertir una vez el tiempo fuera.
Siempre designo al menos dos ratos al día para jugar libremente, él solo; y al menos uno para jugar juntos o leerle algo. Pero también necesitamos cumplir con los horarios, porque él va a la escuela, por su propia elección, yo preferiría escuela en casa.
Claro que la comunicación y el trato respetuoso y comprensivo son también indispensables.
Por otro lado creo que el asunto de los límites claros es otro elemento fundamental. Mi hijo sabe que siempre que cuando digo no, es no, no importa si hace un berrinche, si grita, si negocia. Si digo si, lo cumplo, si no puedo cumplirlo (pero ésto no es lo más frecuente) me disculpo, explico y doy otra opción. Si digo voy a pensarlo habrá espacio para negociar.
Éstas respuestas así como el saber que pueden haber tiempos fuera y el establecimiento de horarios, rutinas y orden que él mismo es capaz de realizar en el hogar, le dan estructura a nuestra vida y él sabe qué esperar, lo que contriuye a que esté tranquilo.
1 comentario:
Me parece muy interesante tu posición. No he leído aún la de Mónica, pero en principio estoy de acuerdo con que cuando hay claridad y estructura, los niños están más tranquilos. Creo que es importante tener espacios para relajarse (sea pensando o no), pues muchas veces nosotros mismos necesitamos poder parar, contar hasta diez y tomar con calma (es decir sin enojos) nuestras reacciones. Cuando menos, ahora, me aplico tiempos fuera a mí. Y no he duda en advertirle a mi chiquita que quizás necesite un tiempo para calmarse cuando se ofusca. Veremos qué dice Mónica.
Gracias por tus palabras. Me parecen muy útiles.
Saluditos,
A.
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