viernes, 9 de agosto de 2013

Sobre la situación del Colegio de Señoritas en Costa Rica



El 31 de julio de 2013 se llevó a cabo un “mamatón” en Costa Rica, a las puertas del Colegio Superior de Señoritas. Un pequeño grupo de mujeres se congregó en la puerta de esa secundaria para amamantar públicamente a sus hijos como forma de protesta porque a una niña de 14 años que estudiaba ahí no se le permitió amamantar a su bebé dentro de la institución.
Leda Mathiew, la niña afectada, y su madre, días antes, habían interpuesto una denuncia ante la Contraloría de Derechos Estudiantiles del Ministerio de Educación Pública de Costa Rica, aunque desde el 19 de junio, la chica dejó esa escuela.
En su perfil de Facebook, el Colegio Superior de Señoritas de Costa Rica publicó el 26 de julio una foto con su respuesta a la denuncia en la Contraloría. Aunque pretende ser una aclaración a un supuesto malentendido, la institución deja ver con claridad su postura. Aduce por ejemplo, que la chica sabía que no estaba permitido amamantar dentro de la institución. Por supuesto no menciona, que la propia ley costarricense garantiza ese derecho a todas las madres. La institución también dice que, dado el reducido horario de clases porque era fin de cursos, la niña bien podía amamantar a su hijo fuera de la escuela. En este caso, el Colegio también hizo caso omiso de la Ley de Fomento a la Lactancia que establece que la madre puede amamantar a su hijo en el momento en que ella lo decida.


El Colegio llegó a argumentar a favor de su prohibición, hablando de las condiciones ambientales insalubres de la escuela misma. También menciona en su documento que, como no fueron informados que la niña padecía mastitis, no dieron su permiso. Finalmente, el Colegio Superior de Señoritas se muestra contrariado porque la madre de Leda exigía “imperativamente” el cumplimiento de la ley y se mostraba intransigente con respecto de “las propuestas” del Colegio.
Es evidente que el Colegio está violando la ley desde cualquier punto de vista, pero vale la pena ahondar en un punto que la propia escuela ha puesto en boca de todos: cuál es y cómo debe ser un espacio adecuado para la lactancia.
Incluso el propio Ministerio de Educación de Costa Rica ha dicho que la ley estipula que es la institución quien debe acomodarse a los requerimientos de la madre y no al revés. En este sentido, podría decirse, sin embargo, que hay un cierto vacío legal ya que ni el documento de Política Pública de Lactancia Materna ni la Ley de Fomento a la Lactancia ni su reglamento dicen nada sobre los lugares acondicionados para la lactancia.
En una sociedad progresista podría pensarse que, si no hay mención directa al asunto pero hay leyes que marcan una orientación clara de fomento y protección del derecho a la lactancia, las mujeres, las ciudadanas tendrían garantizado ese derecho a amamantar cuando lo desearan, en el lugar que quisieran y, en todo caso, tendrían también los medios para exigir que se les acondicionaran espacios adecuados.
Sin embargo, lo que impera en Hispanoamérica son instituciones públicas y privadas con sesgos conservadores que ponen seriamente en riesgo el cumplimiento del derecho de las mujeres y los niños a la lactancia.
El hecho de que instituciones como el Colegio Superior de Señoritas ponga como pretexto las condiciones ambientales para impedir el ejercicio de un derecho, bien podría llevarlo también a adecuar un espacio de uso obligatorio. Es decir, la prohibición se mantendría. Las niñas no podrían amamantar libremente sino que estarían condicionadas a hacerlo en un espacio particular.
De hecho, hay lugares en Europa y Estados Unidos donde amamantar en público está prohibido, como si se tratara de algo vergonzoso o que agrediera la moral pública. Evidentemente, esto no es el origen del problema, es sólo la expresión de políticas públicas que no fomentan el bienestar social sino más bien favorecen a los grandes intereses farmacéuticos y protegen esquemas de reproducción social guiados por los prejuicios de las clases dirigentes. No es casual que en los países desarrollados la lactancia tenga un retroceso tan grande.-con las consabidas consecuencias en la salud social y de los niños-.

La necesidad de espacios salubres, adecuados para la lactancia -sin que por ello tengan que ser de uso obligatorio-, nos muestra que el derecho a la lactancia y a una maternidad plena, está estrechamente vinculado con el desarrollo de mejores condiciones de vida para el conjunto de la sociedad. Es decir, ese derecho está vinculado al derecho a una vida digna, en condiciones que posibiliten en bienestar social y el libre desarrollo de todos y todas.

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1 comentario:

Leche Costa Rica dijo...

Las condiciones donde estudian los jóvenes son importantes. Las normas de higiene tienen que ser respetadas.