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lunes, 26 de agosto de 2013

Ingles mojadas, culo dolorido, piernas temblorosas… pero ¡Felipe y con tenis!(1)

Por Vera la Tanguera



Hasta hace unos días, mi bicicleta funcionaba como tendedero de ropa interior, perchero e instalación artística en mi casa. Siempre he disfrutado mucho los paseos en bicicleta, pero pensar en el ciclismo como un medio de transporte en la ciudad, en esta ciudad (la Ciudad de México) me parecía una actividad fuera de mi alcance. Soy muy miedosa.
Cada vez conozco más y más personas que pedalean para llegar a sus destinos cotidianos, admiro a todas esas personas que se movilizan en bici. Además me emociona el auge de ciclistas organizados por toda la ciudad que se reúnen para pasear juntos por el inmenso Defectuoso2, de hecho sigo a muchos grupos de ciclistas por las redes sociales. Estoy en investigaciones para saber cuál me queda más cerca.
Al principio me decía que como no tenía el equipo necesario: casco (suficientemente chic, para mis gustos), luces y chaleco fosforescente (por lo menos), no podía comenzar a andar en bici. Un día salí a andar en bici por el barrio y lo disfruté mucho, no tiene mucho de eso. Luego comencé a ir a clases de Chi Kung, no lejos de casa y pensé que sería buena idea llegar en bici, dos veces por semana. Pero ¡cómo me he estado haciendo güey!3 Ahora comenzaré a dar clases en una escuela, también cerca de casa y sería genial poder ir y venir en bici.
Ayer, sin más ni más, tomé la bici… bueno, sí, le quité los calzones que secaban y otros objetos colgantes. Y salí a pedalear para practicar y comenzar a habituarme. Tomé la misma ruta que había hecho la primera vez, camino conocido para agarrar valor. Pero como es cuando una va por su trayecto establecido y se insinúan otros caminos que te dicen “ven a mí”. La curiosidad, la aventura (ustedes saben a lo que me refiero).
Conocí mejor el barrio y un poco más allá. Y por más que evité las grandes avenidas, me topé irremediablemente con una, que además me ubicó, porque ya andaba medio perdida. Ahí, sentí el rigor. Los autos a más velocidad, el transporte público, semáforos. Me asusto cuando los autos pasan cerca de mí y rápido, me sobresalto. Sólo pensaba en ir derecho y no moverme demasiado de una línea recta. También los microbuses que se detienen en cualquier lugar para subir o bajar pasajeros. ¡Tengo buenos frenos! ¡Una doñita en cámara lenta bajando del micro a la mitad de la cuadra! ¡Uf!
Ayer mismo, pero por la tarde, fui a comprar un casco, no es tan chic como lo imaginé, pero tampoco me siento como alienígena con él… es leopardezco, tiene su estilo.
Por la noche decidí que al siguiente día, iría en bici a la clase de Chi Kung. Ya me andaba rajando4, pero ya había sido demasiado tiempo de evasión de la cuestión bicicletera. Salí, cargué un libro para ir a desayunar por ahí al salir de la clase y un bote con agua, porque un día antes sentí dolor de cabeza (yo lo atribuyo a la deshidratación) y tuve que hidratarme con urgencia ¡por la sed!
El tráfico matutino de la avenida por la que me fui, no me gustó. Escapes de muchos coches y camiones, motos y otros ciclistas con más prisa que una. Atravesar la intersección de dos avenidas, fue una proeza, sobre todo donde hay vueltas inglesas y no se sabe bien por donde vienen los coches. Estar bien alerta o buscar cruzar de otra manera por lo pronto.
Sucedió algo chistoso. Iba muy lento y con dificultad, pensé que era la cadena. Un chavo me dijo “oye, tu llanta de atrás va muy baja, ¿quieres aire? Traigo una bomba” Miré y sí, estaba baja. Le dije que sí y le puso aire. ¡Chida la banda! Me volví a subir, pero como que no podía pedalear chido. Me bajé para mirar y ví. La llanta de atrás estaba lo que sigue de baja. ¡Ponchada!
Ya había llegado al menos. Tomé la clase, aunque llegué toda nerviosa, pude dejar de pensar ¡se me ponchó la llanta de la bici! ¡se me ponchó la llanta de la bici! ¡se me ponchó la llanta de la bici! (ad libitum)5.
Al final vi que un compañero traía un accesorio ciclista, y que me le acerco a preguntar si no sabía de un taller para bicis cercano. Me dijo que no, pero comenzamos a platicar sobre ciclismo urbano. A todos los ciclistas que conozco les pido consejo. Me quedé a desayunar con lxs compañerxs, y ya no sólo uno, sino varias estaban pensando en un taller cerca. Creo que acercarme a otros ciclistas será muy necesario para iniciarme.
Finalmente decidí caminar y caminar con la bici hasta mi casa. Pero en el camino se me cruzó una vulcanizadora de autos y, la vulcanizadora (una chava grandota, madre de familia) me dijo dónde encontrar un taller de bicis. ¡Qué gran aventura!
Creo que será importante ubicar los talleres de bicis que estén por mis rutas. Aunque lo mejor, sería poder arreglar mi bici.
Por ahora prefiero evitar transitar las grandes avenidas, vías rápidas y esas calles de miedo.
Noto que andar en bici es aprender a andar la calle de otra manera. Sé cómo ser peatona, ser ciclista es diferente y hay que aprender ciertos códigos para ser ciclista, para andar con mayor seguridad y ser respetado como otro vehículo de transporte.
Comenzaré mi participación como colaboradora de La Milpa, haciendo una crónica de mis inicios en el ciclismo urbano dando los consejos que me den, compartiendo la información de todo lo que me lleve convertirme en una guerrera del pedal. Espero que les sea ameno y en una de esas, otras personas que coquetean con la bici se animen a involucrarse de la manera que deseen.
Me despido por hoy con el consejo que pedí el señor que arregló mi llanta ponchada, don Andrés F. “Hay que salirse a jugar el pellejo”


1 En México “Felipe y con tenis”, es una expresión que significa Feliz y contenta, en este caso.

2 Defectuoso, cariñosamente al Distrito Federal, alias Ciudad de México, Valle del Anáhuac, México Tenochtitlan, etcétera.

3 Expresión de que lo he estado evadiendo.

4 Expresión de que me estaba arrepintiendo.


5 Expresión en latín, muy utilizada en la música que quiere decir repetir “a placer, a voluntad” alguna frase musical.

jueves, 15 de agosto de 2013

Situación de la lactancia en Hispanoamérica :: II :: República Dominicana

Lactancia en Hispánoamérica
Segunda Parte : República Dominicana
Por Mar del Sur

Hace una semana concluyó la Semana Mundial de la Lactancia Materna, impulsada sobre todo por UNICEF. Nosotros hemos aprovechado esa oportunidad para promover los beneficios de la lactancia materna.

Entre esos beneficios destacan por supuesto los alimenticios, ya que la leche materna fortalece el sistema inmunológico del niño y previene muchas enfermedades de la infancia; incluso es un factor fundamental que puede impedir el desarrollo de enfermedades durante la adultez. Pero también hemos insistido en que la lactancia es parte de un proceso más complejo que inside en la salud emocional, física y psicológica tanto del bebé como de la madre. Durante la lactancia se transmite amor y seguridad al niño, y se fundan las bases de su autoestima. La lactancia también beneficia a la madre reduciendo los riesgos del cáncer de mama y osteoporosis, entre otros.

Sin embargo, también hemos señalado que la lactancia forma parte de un proceso más amplio que abarca a toda la sociedad. No es casual, por ejemplo, que la lactancia esté en retroceso en todo el mundo, mientras que el consumo de productos industriales aumenta, así como la inserción de las mujeres en la economía mundial. Tampoco es casual que mientras la lactancia retrocede, sobre todo en los países más desarrollados, también ahí aumentan alarmantemente las enfermedades infantiles.


Este proceso social en el que se inserta la lactancia no es lineal. Es más bien un proceso contradictorio en el que además inciden muchos factores. En este sentido, el impulso que está teniendo la lactancia desde los organismos de salud internacionales está relacionado con los altos costos para los servicios públicos de salud que genera tener niños enfermos, resultado de una lactancia deficiente. Pero, además, esta situación se ha visto aún más agravada por la crisis de alimentos en el mundo, lo que ha llevado a los países a impulsar una amplia gama de programas para aliviar la situación de pobreza extrema e inseguridad alimentaria, que incluyen la promoción de la lactancia materna y la complementación alimentaria a mujeres embarazadas y en período de lactancia, así como a niños y niñas lactantes y preescolares.

En nuestro continente, la zona centroamericana y del caribe es de las más afectadas por esta situación. En República Dominicana, por ejemplo, se padece la situación más extrema en cuanto a lactancia materna se refiere. Ahí sólo un 8% de los recién nacidos lactan de manera exclusiva los primeros seis meses, lo que coloca a esa nación en el lugar más bajo en Latinoamérica, seguido por México con un 14.5% y Paraguay con un 24.4%. Como decíamos, esto se debe a diversas razones, pues aunque se trata de un país pobre y poco desarrollado, en Dominicana el 67.2% de las madres pertenecientes a clase media alta o alta ofrecen un suplemento antes de amamantar, en comparación con un 40.2% de las que pertenecen a la clase pobre.


Yanet Olivares, presidenta de la Liga de la Leche en República Dominicana, ha denunciado que un problema fundamental es el deficiente protocolo médico que separa al recién nacido de la madre en el momento mismo de nacer. También ha hablado sobre los mitos que acompañan a la mujer mucho antes de dar a luz: falsas creencias como que a las mujeres se les caen los senos si dan de mamar, que no ,pueden comer tal o cual cosa, que no pueden dormir con el bebé, que no deben alimentar al bebé cuando tenga hambre sino que deben sujetarlo a horarios fijos, que deben aternar los pechos cada 10 minutos y, sobre todo, que después de los seis meses hay que quitarle el pecho para darle otros alimentos.

Así pues, como la propia Olivares señala, no sirve de mucho el esfuerzo de un grupo si la autoridad dominicana no hace respetar la ley 8-95 que fomenta la lactancia y que data desde 1995. Pero como hemos visto tampoco se trata sólo de un problema burocrático, es también fundamental la mejora en las condiciones socio-económicas de toda la sociedad, terminar con el control de las grandes empresas sobre la alimentación de la sociedad, así como la explotación de las mujeres en los centros de trabajo y que puedan desarrollar plenamente su maternidad.

Ley No. 8-95 que declara como prioridad nacional la Promoción y Fomento de la Lactancia Materna



domingo, 11 de agosto de 2013

Libros para bebés (Quiet Books)



Hace algunos meses unas amigas pasaron por un frenesí emocionado por los Quiet Books, yo no participé de ello, pero ahora, en vísperas del primer cumpleaños del más joven integrante de nuestra Milpa empecé a mirar cositas en internet y ahora quiero hacer de todo y ya hierven en mi mente ideas en formación.


Al igual que con los chupones, a los que se le llama en inglés pacifier, literalmente "pacificador". Los Quiet Books podrían traducirse como libros para que los niños se estén calladitos, cuando en realidad me parece que pueden ser muy divertidos.


Se trata de libros de tela, de fieltro las más de las veces, con páginas que tienen alguna actividad pensada para bebés o niños de edad preescolar, muchos son educativos; enseñan a contar, las figuras geométricas, los colores; mientras que otros son sólo divertidos, incluso algunos incluyen fotografías de los bebés y sus parientes.


Se pueden hacer con máquina de coser, cosidos a mano, o incluso, con pegamento.

Existen toneladas de ideas en internet, y sin mayor explicación es fácil imaginarse cómo hacerlos, aunque también hayquien que comparte patrones para reproducir con exactitud alguna página que te haya gustado.


He creado un pizarrón de Pinterest de la Milpa donde puedes encontrar algunas ideas, verás que vamos agregando más ideas día a día.


A partir de la siguiente semana estaremos impartiendo clases para hacer el libritos como éste, en las mañanas, si te interesa puedes pedir más información al correo centrolamilpa@gmail.com o a través de nuestra página de Facebook, haz click aquí.

Imágenes:
http://shoutingforha.blogspot.mx/2010/05/quiet-book.html
http://quietbookblog.blogspot.com.au/2012/09/jills-quiet-book_11.html?m=1
http://whitney-mcadams.blogspot.ca/2013/05/quiet-book.html
http://bjsfunfabrication.blogspot.mx/2012/01/levis-quiet-book.html

viernes, 9 de agosto de 2013

Sobre la situación del Colegio de Señoritas en Costa Rica



El 31 de julio de 2013 se llevó a cabo un “mamatón” en Costa Rica, a las puertas del Colegio Superior de Señoritas. Un pequeño grupo de mujeres se congregó en la puerta de esa secundaria para amamantar públicamente a sus hijos como forma de protesta porque a una niña de 14 años que estudiaba ahí no se le permitió amamantar a su bebé dentro de la institución.
Leda Mathiew, la niña afectada, y su madre, días antes, habían interpuesto una denuncia ante la Contraloría de Derechos Estudiantiles del Ministerio de Educación Pública de Costa Rica, aunque desde el 19 de junio, la chica dejó esa escuela.
En su perfil de Facebook, el Colegio Superior de Señoritas de Costa Rica publicó el 26 de julio una foto con su respuesta a la denuncia en la Contraloría. Aunque pretende ser una aclaración a un supuesto malentendido, la institución deja ver con claridad su postura. Aduce por ejemplo, que la chica sabía que no estaba permitido amamantar dentro de la institución. Por supuesto no menciona, que la propia ley costarricense garantiza ese derecho a todas las madres. La institución también dice que, dado el reducido horario de clases porque era fin de cursos, la niña bien podía amamantar a su hijo fuera de la escuela. En este caso, el Colegio también hizo caso omiso de la Ley de Fomento a la Lactancia que establece que la madre puede amamantar a su hijo en el momento en que ella lo decida.


El Colegio llegó a argumentar a favor de su prohibición, hablando de las condiciones ambientales insalubres de la escuela misma. También menciona en su documento que, como no fueron informados que la niña padecía mastitis, no dieron su permiso. Finalmente, el Colegio Superior de Señoritas se muestra contrariado porque la madre de Leda exigía “imperativamente” el cumplimiento de la ley y se mostraba intransigente con respecto de “las propuestas” del Colegio.
Es evidente que el Colegio está violando la ley desde cualquier punto de vista, pero vale la pena ahondar en un punto que la propia escuela ha puesto en boca de todos: cuál es y cómo debe ser un espacio adecuado para la lactancia.
Incluso el propio Ministerio de Educación de Costa Rica ha dicho que la ley estipula que es la institución quien debe acomodarse a los requerimientos de la madre y no al revés. En este sentido, podría decirse, sin embargo, que hay un cierto vacío legal ya que ni el documento de Política Pública de Lactancia Materna ni la Ley de Fomento a la Lactancia ni su reglamento dicen nada sobre los lugares acondicionados para la lactancia.
En una sociedad progresista podría pensarse que, si no hay mención directa al asunto pero hay leyes que marcan una orientación clara de fomento y protección del derecho a la lactancia, las mujeres, las ciudadanas tendrían garantizado ese derecho a amamantar cuando lo desearan, en el lugar que quisieran y, en todo caso, tendrían también los medios para exigir que se les acondicionaran espacios adecuados.
Sin embargo, lo que impera en Hispanoamérica son instituciones públicas y privadas con sesgos conservadores que ponen seriamente en riesgo el cumplimiento del derecho de las mujeres y los niños a la lactancia.
El hecho de que instituciones como el Colegio Superior de Señoritas ponga como pretexto las condiciones ambientales para impedir el ejercicio de un derecho, bien podría llevarlo también a adecuar un espacio de uso obligatorio. Es decir, la prohibición se mantendría. Las niñas no podrían amamantar libremente sino que estarían condicionadas a hacerlo en un espacio particular.
De hecho, hay lugares en Europa y Estados Unidos donde amamantar en público está prohibido, como si se tratara de algo vergonzoso o que agrediera la moral pública. Evidentemente, esto no es el origen del problema, es sólo la expresión de políticas públicas que no fomentan el bienestar social sino más bien favorecen a los grandes intereses farmacéuticos y protegen esquemas de reproducción social guiados por los prejuicios de las clases dirigentes. No es casual que en los países desarrollados la lactancia tenga un retroceso tan grande.-con las consabidas consecuencias en la salud social y de los niños-.

La necesidad de espacios salubres, adecuados para la lactancia -sin que por ello tengan que ser de uso obligatorio-, nos muestra que el derecho a la lactancia y a una maternidad plena, está estrechamente vinculado con el desarrollo de mejores condiciones de vida para el conjunto de la sociedad. Es decir, ese derecho está vinculado al derecho a una vida digna, en condiciones que posibiliten en bienestar social y el libre desarrollo de todos y todas.

Créditos de images:

miércoles, 7 de agosto de 2013

Situación de la lactancia en Hispanoamérica :: I :: México y Venezuela

La lactancia en hispanoamérica
Primera parte: México y Venezuela
Por Mar del Sur

En varias ocasiones hemos insistido en la importancia fundamental de la lactancia para la vida de un niño recién nacido. Hemos hablado de los beneficios incomparables del calostro como alimento -la primera leche materna- en las primeras horas de vida, así como de la lactancia exclusiva y aquella que puede extenderse más allá de los seis meses. Además, hemos intentado mostrar este asunto desde una perspectiva amplia de salud, no sólo en términos alimenticios, sino en lo que se refiere al bienestar emocional y psicológico.
Sin embargo, dadas la condición real de la lactancia en Hispanoamérica, el tema resulta siempre pertinente. Según la Organización Mundial de la Salud, “si se empezase a amamantar a cada niño en la primera hora tras su nacimiento, dándole solo leche materna durante los primeros seis meses de vida y siguiendo dándole el pecho al menos hasta los dos años, cada año se salvarían unas 220 000 vidas infantiles”. Para la organización Save the Children, ese número podrían incluso ser mayor, 830 000 niños al año. Por ejemplo, tan sólo en el mundo desarrollado anualmente mueren cerca de un millón y medio de niños menores de cinco años por una lactancia deficiente.


En América Latina se habla de avances pero, en realidad, la situación sigue siendo grave en la mayoría de los casos y alarmante en lugares como México, donde su propio ministerio de salud acepta que sólo 22 por ciento de las mexicanas brinda leche materna de manera exclusiva a sus hijos durante los primeros seis meses de vida y que, en los últimos años, 56.7 por ciento de los niños abandonaron la lactancia materna (o la combinaron con otros líquidos) tres días después del parto.
El Senado de este país aprobó hace dos años una reforma a ley federal del trabajo para fomentar y proteger la lactancia materna, con la intención de revertir esta situación. Sin embargo, es difícil que eso pueda ocurrir en un marco de desmantelamiento y privatización creciente de los servicios de salud, de institucionalización de la precariedad de los servicios y de un avance dramático de la explotación laboral de las mujeres. Además, a diferencia de la mayoría de los países latinoamericanos, no existe una norma específica de implementación de acciones para aumentar la lactancia materna, ésta sólo se menciona en una norma general de salud infantil. Tampoco existe una norma particular sobre los sucedáneos de leche materna y en ninguna de las normas existente se menciona la creación de bancos de leche.



En este sentido, Venezuela también es otro de los países donde la situación de la lactancia es alarmante. Según datos de la UNICEF, en ese país menos del 28 por ciento de los recién nacidos gozan de lactancia exclusiva. Aunque de forma desarticulada y burocrática, el gobierno bolivariano ha intentado avanzar en este aspecto. Como en muchos otros temas, la lucha en favor de la lactancia en Venezuela pone de manifiesto la batalla de fondo: las condiciones de trabajo que impiden una maternidad responsable y plena, así como los intereses de las grandes transnacionales de sucedáneos lácteos y, en general, de medicamentos para niños.
En los meses pasados el gobierno presentó una propuesta de reforma a la Ley de Promoción y Protección de la Lactancia Materna, vigente desde 2007. Esta nueva ley castigaría la publicidad de fórmulas lácteas y teteros (biberones) y prohibiría la prescripción de suero a los recién nacidos. Desde la oposición conservadora -que protege los grandes intereses farmacéuticos-, esa iniciativa se ha caracterizado como el intento de obligar a las mujeres venezolanas a amamantar.


Por supuesto, esta reforma no propone ningún castigo a las madres. Por el contrario, el texto prevé también que empresas e instituciones contemplen en sus horarios de trabajo turnos para que las madres amamanten a sus hijos y que acondicionen espacios para tal fin. Además, propone la creación de bancos de leche materna. Para los hospitales y médicos que no cumplieran con la ley, la reforma impondrá multas de hasta a 50.000 dólares y la suspensión del ejercicio profesional por 120 días.
La mayoría de los legisladores opositores han argumentado abiertamente en favor de la ganancia privada por sobre el interés público de tener niños sanos y bien alimentados, en favor de los intereses de los grandes grupos económicos en detrimento de las condiciones de trabajo de las venezolanas.


Norma mexicana para la atención de la salud del niño